jueves, 14 de diciembre de 2006

Diario de un malagueño (IV): Si es que hay cada gilipollas...

Málaga, 13 de diciembre de 2006 (por la tarde)

Día de demos.


No sé que tiene el ron aquí en Málaga que la pregunta más repetida hoy durante el desayuno ha sido: “¿tío, tú tienes resaca?” Y eso va a ser por algo. Así que algo debe tener el ron de aquí porque sólo nos tomamos dos y la mayoría está con dolor de tarro y alguno que otro con barrizal en bajoguía.


Una vez desayunados pedimos un taxi para que nos llevara a la escuela a los tres Reyes Magos, con sus correspondientes regalos: la tele, los ordenadores, la bombilla... En cuanto nos subimos al taxi, ¡zas! La primera en la frente: Federico Jiménez Losantos berreando en la radio. Fenomenal para la resaca, oye... mano de santo. De to Losantos. Y nosotros calladitos... para no molestar al Fede en su verborrera matutina.


Calladitos hasta que en un semáforo nos detuvimos detrás de un Mercedes. Un Mercedes 702.


- ¡Ji home! ¡Te quié i ar carajo quillo! Ese modelo no existe - pensarás tú que lees esto.


Pues esos eran los numeritos en metal plateado que el Mercedes lucía en su parte trasera. Y parecían verdaderos: misma tipografía, mismo tamaño... ¡un Mercedes, vaya!.


- ¡Un gilipolla!, que la cambiao los numero de orden ar Mercede y en lugar de dozetenta ahora tiene un zetecientoh dó. Vamo... ¡un gilipolla!. - dijo el taxista.


Misma entonación, mismo volumen, misma simpatía que Federico, pero con acento malagueño.


Yo del acento no me percaté entonces, y apoyé rápidamente su razonamiento del agilipollamiento del personal según lo que pongan en el coche, no por el caso en concreto del chaval de a continuación, sino más bien por entablar conversación con el taxista, y en la medida de lo posible, evitar escuchar los berridos del Federico:


- Si es que hay cada gilipollas... En mi pueblo hay un chaval que está agilipollao perdío. Fíjese usté como está, que se compró un seat ibiza, y le ha cambiao el orden a las letras seat, y cambiando la 's' por una 'z', ahora en lugar de poner seat pone 'zeta'. Y todo porque el chaval zezea exageradamente y desde chico todo el mundo le dice 'el zeta'. Y tan agilipollao está que dice que su coche es un ¡zeta ibiza!. Claro, como no puede decir seat, je je je es que hay cada gilipolla...


- Zi que lo zay, zi – me respondió er taxista.


Menos mal que ya estábamos en la puerta de la escuela... porque el descojone pudo ser antológico si se llega a producir dentro del taxi.


Bueno, y en cuanto al día de trabajo... todo bien. Desembalamos, montamos, probamos, mostramos la demo, desmontamos y embalamos nuestras máquinas sin ningún problema. Todo perfecto y por ese orden, con la eficiencia que no nos caracteriza. Al colega de Timophone se le jodió su demo y pasó un mal rato, pero bueno... no llegó la sangre al río. Todo fué culpa de la sobredosis de wifis que flotaba en el ambiente, que se ve que el móvil suyo cogería alguna equivocada y... bueno... que ni palante ni patras.


Gracias a Dios, nuestra contribución en estos bonitos días ya había finalizado. O no, porque tras la comida la cosa empezó a ponerse chunga, al menos para mí. Todos me decían: nos vemos a las cinco para la sesión paralela, nos vemos a las cinco para discutir la colaboración del proyecto TALl con el proyecto CUAL, para crear el proyecto TALICUAL con cargo a subvenciones de I+D+i de la UE. Pero... ¿qué pasa aquí? ¿A que han cambiado el orden del día y yo no me he enterado de nada?


Así que ni corto ni perezoso, me acerqué al jefe y le pregunté:


- ¿Hay ahora alguna charla o reunión a la que yo deba asistir?


- Ah.... pues ahora que lo dices... ¿te importaría asistir por mí a la reunión de líderes de paquetes de trabajo del proyecto CUAL?


-¿De CUAL? Estoooo.... pero... es que yo de ese proyecto no sé nada. No sé ni qué significan las siglas, así que...


Bueno, pues entonces... ¡Jaaavichuelaaaaa! Ven Javichuela, mira, este es Brian. Brian, there's a change: Javichuela is the person who will attend the meeting instead of me, Ok?


Yo cojí la caja que Javichuela había soltado en el suelo para atender al jefe y salí echando leches de allí... Porque es que hay cada gilipollas...


Y Javichuela me miraba con unos ojos como queriendo decir: “Zi que lo zay, zi... “

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