jueves, 14 de diciembre de 2006

Diario de un galego: ¿Cómo se come esto?

Vigo, 23 de Noviembre de 2006


Muchos de vosotros seguro que habréis dicho para vuestros adentros - ¿cómo se come esto? - en alguna espesa charla sobre el I+D+i; i<100;>

Pues no, no van por ahí los tiros. De hecho las demos, han sido muy atractivas, sobretodo la de un par de coreanos (o chinos o japoneses o malayos o indonesios... i++) que nos demostraron cómo se pueden hacer cosas realmente atractivas con la televisión digital y Java 3D.


Pero lo verdaderamente divertido fue el momento de la cena. Todo lo que os diga es poco, así que mejor unas imágenes, porque una imagen vale más que mil palabras:


mariscada¿Cómo se come esto?

Ahí, ahí es dónde tú te preguntas... ¿cómo se come esto? Gracias a Dios un gallego de la Universidad de Vigo estaba sentado junto a nosotros y nos instruyó en el arte comer el marisco:


- “
¡Pues es moito fácil, carayo!. Se retira lo duro e se come lo blando”.


Qué sabios los gallegos.


Así que siguiendo las instrucciones de nuestro amigo galego, empezamos primero por lo fácil, siempre retirando lo duro y mascando lo blando.


Camarones gigantes

De entrantes una bandeja de camarones, pero camarones gigantes. Se ve que aquí el chapapote ha contribuido a mejorar la especie. Eso, o es que los ceban. ¡Que pechá de camarones quillo!. Yo me parto la camisaaaaaaaaaa... Que suerte que un vegetariano estuviera a mi lado y no comiera ni carne ni pescado (y por ende nada de lo que estáis viendo). Y para ayudar a que pasaran los camarones, unas botellitas de Ribeiro. Y yo que pensaba que era un delantero brasileiro... ¡vamos Ribeirinho!


Pues bien, una vez finiquitada la fuente de camarones, marisquito para compartir... pero como el de al lado era vegetariano... En la primera foto podéis ver la composición de ese magnífico centro de mesa: un par de centollos y un buey de mar más grande que el que tira del sinpecao de la Hermandad Rociera de Triana. En dos palabras, como diría Jesulín: “in prezionante”.


Ahí es cuando tuvimos que pedir consejo al galego para que nos explicara como se comen esos bichos, si se come la cabeza o no, si hay que lamer la concha (que los argentinos no piensen mal, me refiero a la concha del centollo). “Curso Básico de Marisqueiro (I): Retirar lo duro e masticar lo blando”. Esencial. La segunda lección fue más intuitiva: “Rechupeteo dos dedinhos”


Y venga beber Ribeiro. ¡Camareiro, más Ribeiro! :-)


Pensábamos que ya nos habíamos puesto púos... y en medio de odas y loas varias a los organizadores vigueses se nos presenta el camarero con un obsequio de los monjes de la orden de santiago: un par de Vieira (Patrick pa los amigos). Hay que hacer notar que en mis 30 añitos, en mi vida me había comido una almeja como esa (no piensen mal los españoles, me refiero a la vieira). Y en mi primer día, tres. Estoy hecho todo un campeón.


Un par de vieiras

Bueno, que os voy a contar de las vieiras... espectaculares... eso si que es un bicho. Lo que jode un pelín es la forma estriada de la concha, que parece un petit-suise. Con lo buena que está la salsa de tomate con la que la sirven y se queda la mitad en las estrías de la concha, y claro... todo el mundo a pasar una y otra vez la cuchara... igual que con los petit-suise cuando éramos críos.


Y más Ribeiro.



Después de esto hubo que echar un cigarrito para dilatar los intestinos (sí, tio sí... que lo he visto en House) porque después nos esperaba el plato fuerte: un lenguado como la suela del zapato de Romay: ¡enoooooooorme! Ya era demasiado... Yo no pude meterle mano en Dual-mode y sólo pude con una cara. Pero estaba bueno como el sólo.

Y máaaas Ribeiirrooorl....


La cena estaba tomando tintes trágicos. Los coreanomalayos se quedaron dormidos sobre la mesa, normal si tenemos en cuenta el viaje que se metieron entre pecho y espalda (me refiero a las doce horas de viaje desde corea a vigo) y la pechá de marisco que se metieron... Los sevillanos empezamos a entonar el ya clásico “Oh, Chateaubriand, Chateaubriand...” (aprendimos un nuevo significado, según nos contaron unos franceses).


Pero aún quedaba más.... el café, el dulce y las copitas de orujo. Y para celebrar que todo salió bien y que se acerca la Navidad, una copita de Codorniú.


Total, que después de esa cena, lo que pegaba era un poco de marcha y cubatas. Y vio Dios que era bueno. Así que... ¡al bar de la camarera de las tetas gordas!


De lo demás ya no me acuerdo, creo que estuve charlando con Jack Daniels, pero no os puedo decir cuanto tiempo... lo que sí se es que Jack Daniels y Ribeiro no se llevan muy bien... es que el yanki tiene un carácter... Normal... tanta agua chorreando del cielo te agua el humor. Pero, ¡tiene cojones el tiempo!, ahora mismo que estoy escribiendo esto, justo a punto de volver, le da al Lorenzo por surcar el cielo... ¡qué carayo! Me estoy poniendo de un humor...


En fin... nos vemos pronto.


Con-dió.

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