lunes, 21 de abril de 2008

¡Oh bella ciao, bello concerto!


Sala Q, Sevilla, 18 de abril de 2008

Concierto Presentación del disco Balmoral.



Cuando Loquillo comenzaba a cantar por Barcelona, yo tenía tan sólo un par de años. Con siete años escuché "el ritmo del garaje" y desde entonces Loquillo y Trogloditas han formado gran parte de la banda sonora de mi vida. Anoche asistí al concierto de presentación de su nuevo disco, Balmoral, y pude ver a un gigante satisfecho y a una multitud agradecida, extasiada, alucinada de ver a un tipo que lleva treinta años sobre las tablas con la ilusión de un imberbe principiante. Porque la cara de Loquillo sobre el escenario, nada más finalizar el concierto de Sevilla, era de satisfacción, de felicidad, de ilusión por una nueva etapa, por el nacimiento de su personaje definitivo que irrumpe con maś fuerza si cabe en el panorama musical actual, y por supuesto mostraba una cara de entregado agradecimiento a un público cómo sólo él merece. Cada uno tiene el público que se merece, suele decir. Al final un Loquillo sudoroso sonreía y apretaba el puño mientras se abrazaba a Igor y a Jaime como si hubiera marcado un gol en el Camp Nou. El nuevo Loco había goleado en Sevilla y él lo sabía. Todos los sabíamos. Tremendo concierto. Tal vez hubo algún que otro pequeño fallito puntual (recuerdo uno de Laurent a la batería, y algún que otro despiste de Igor) perdonable por un público rendido desde antes de entrar.



Triumphs y Harleys aparcadas en la calle. Rockers de chupa de cuero, rockers de traje de alpaca, rockers de camisa de cuadros y zapatillas de lona, rockers de americana y rockers americanas, rockers de pelo largo, rockers de negro, mujeres rockers, rockers, rockers, rockers... La Sala Q exudaba rock'n roll más que ningún otro día.




La hora de comienzo estaba prevista para las 22:00 h pero la espera se alargó hasta que todo el público hubiera entrado en la sala. A las 22:30h, tras haber escuchado de fondo "Under pressure" de Bowie con Mercury y "Big gun" de AC/DC, se apagaron tímidamente los focos y empezó a sonar "Rian de rian" de Edith Piaf. Sí esa mítica canción que nosotros pronunciamos como "Oh Chateaubrian, Chateaubrian" para mosqueo de los vecinos galos cada vez que cruzamos los Pirineos. Ese tema de Edith Piaf era sin duda el cambio de ritmo, de estilo, declaración subliminal de intenciones del cambio que supone este nuevo trabajo. Los temas elegidos para telonear la actuación anunciaban un fondo rockero con variedad de matices y registros, pero salvaje, al que se le ha incorporado un toque de clase y savoir faire francés. Cuando calló Edith Piaf apareció la banda y Loquillo ante un público que los recibió como Triana recibía en tiempos al maestro Emilio Muñoz en el puente tras triunfar en la Maestranza: palmas, vítores, coros... La diferencia es que Loquillo aún no había realizado ninguna faena.




El primero del lote obligó a lidiar una serie de temas autobiográficos, nuevos y antiguos, para repasar la figura del definitivo Loquillo que José María Sanz ha creado: "Línea clara" (Tuve muchos nombres, me vieron con otra cara, pero siempre fui yo, marcando una línea clara), "Soy una cámara", "el hijo de nadie", el tema de la banda sonora de mujeres en pie de guerra "antes de la lluvia" y "arte y ensayo". Luego siguió presentando algunos temas del nuevo disco homenaje a la coctelería madrileña: "Memoria de jóvenes airados" y "cruzando el paraíso" (tema que muchos creímos entender dedicado a Guillermo Martín cuando el Loco lo terminaba señalando al cielo).
Y de buenas a primeras cuando todos penśabamos que el concierto iba a seguir presentando temas del nuevo disco, Loquillo comenta: "No hay ninguna otra canción que defina más tanto a Sabino como a mí como este Rock Suave" y toda la sala estalló coreando este himno mítico.






Rock Suave

Loquillo bajaba del escenario para saludar mano con mano al público de las primeras filas... El ritmo salvaje siguió con "Las chicas del Roxy", "Feo, fuerte y formal", "Todo el mundo ama a Isabel"... El Loco estaba cómodo, se estaba gustando. Y vinieron "Rock and roll actitud", "Cuando fuimos los mejores"...





Cuando fuimos los mejores




Y siguieron temas del nuevo disco: a todos nos impactó ver a un Loquillo en plan disco, conteneandose a dúo con Igor en "Sol", un tema que según anunció, había sido compuesto por Sabino. Escuchamos "La edad de oro", "Soltando Lastre", y auténticos himnos coreados a gritos como "Ritmo de garage" o "El rompeolas".




El rompeolas




Alucinamos con la melodía de "Hotel Palafox" uno de los nuevos temas y que nos sorprendió a todos con su final. Muy buena letra. También fue muy coreado el tema que da nombre al disco, Balmoral.





La Edad de Oro




Llegado un punto del concierto una chica del público saltó al escenario entre canción y canción para robar un beso al cantante. En la boca quería ella, en la mejilla le ofreció él por dos veces ante los pitos del público. "Es que me han educado así" - respondió Loquillo. Y tocaron "Besos robados" y "ya no hay héroes". Y siguió el Loco introduciendo otro tema mítico: "Corría el año 79 u 80 cuando nos reuníamos en la plaza de la Universidad de Barcelona para tocar las narices y hacer algo de rock'n roll. Un día se acercó a mí un tipo que intentaba colocarme unos cómics de rockers. Se llamaba Sabino Méndez" - decía apuntando con el dedo a un lateral del escenario. "Sabino está allí, Sabino ha venido se rumoreaba entre el público". No sé si realmente estaba porque yo estaba justo en el lado opuesto de la sala, en tercera fila, eso sí, pero en el lado contrario. No subió, así que si estaba o no lo dejo a la imaginación de cada uno. Loquillo seguía con el dedo apuntado al mismo sitio: "Y va para tí también María...". Era "Rock and Roll Star". La sala ya hacía tiempo que había llegado al clímax que ahora se prolongaba para placer de todos. Puro hedonismo.





Rock and Roll Star


Y tras dos horas de concierto y tres bises llegó la hora del "Cadillac Solitario". Final apoteósico del concierto, con un final guitarrero Igor-Stinus, prolongado durante casi 5 minutos, con Loquillo de rodillas en el escenario gritando como un poseso con garganta desgarrada: "nena, nena, nena... y nunca, y nunca, y nunca, y nunca estás tu" y volviéndolo a repetir otra vez porque el público no dejaba de acompañar con palmas el ritmo que marcaban Laurent a la batería y la chica del bajo, que no recuerdo como se llama pero que, por cierto, es un tremendo pibón.





Cadillac Solitario




Fueron cinco minutos acompasando con palmas los gritos de nena-nena del Loco, que se volvieron a prolongar durante otro par de minutos de aplauso tras el tema que ponía fin al concierto: el Bella Ciao. Toda una declaración de ideas. Más de uno no sabría su significado... pero todo en los conciertos del Loco tiene su por qué. También Bowie, AC/DC, Edith Piaf, Vince Taylor, The Stranglers, Edie Cochran... hasta el Bella Ciao. Todos son admirados por este nuevo Loquillo que se rodea en sus conciertos de la música de su agrado y cuya influencia se deja sentir luego en el repertorio.





Bella Ciao



Es difícil describirlo, pero todos tuvimos la impresión que fue un concierto que debería haberse grabado para poder tenerlo en un DVD para el recuerdo. Fue el mejor concierto de Loquillo que probablemente hayamos visto. Tal vez no tan espectacular en los solos de guitarras como cuando estaban Ricard y Tacker, ni tan compactos como cuando Guille Martín acompañaba a Igor. Pero el tándem Igor-Stinus tiene un toque especial, algo que te hace ver que es distinto. Tienen un toque diferente, clase y potencia con mesura. Y la puesta en escena es muy brillante, con elegancia, con clase.

En otros conciertos de Loquillo, he pasado al backstage tras el concierto. Recuerdo una charla con un Loquillo extasiado y un poco encabronado hace algunos años en Monesterio (Badajoz) y la posterior copita de Glenfiddich con Jordi Vila, Simón Ramírez, y Xavi Tacker hablando de música, de lo mal que quedan los óidos tras más de 25 años de rock'n roll, de las anécdotas de las giras... Nos hicimos algunas fotos todos contentos... Pero tras este concierto no me apetecía pasar al backstage, porque no hacía falta felicitar a nadie, ya lo habíamos hecho durante todo el concierto. Yo simplemente quería llegar a mi casa, y meterme en la cama con esa sonrisa perenne de felicidad con la que salí de la sala. Y soñar con que habrá una próxima vez. Porque vale la pena.


Larga vida a Loquillo. Larga vida al r'n'r.

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¿Qué dice la prensa de este concierto?
No tuvo mucha repercusión. El polémico Loquillo no cae bien a los medios. La prensa escrita no se hizo eco de su actuación en los días previos y tampoco comentó la gran acogida que tuvo (la Sala Q estaba a reventar) ni el buen sonido que trajo la banda y la gran complicidad con el público. Pocas bandas se han visto en Sevilla que hayan transmitido tanto. Tan sólo una emisora de radio ha dedicado unas líneas
en su web a este concierto, uno de los más importantes en el panorama musical (lírica aparte) sevillano:

Popes80 FM: Loquillo sale por la puerta grande en Sevilla

1 comentario:

fusero dijo...

plas plas plas plas plas plas

muy bien escrito, colega. Con pasión y con clase.El próximo no me lo puedo perder.

No te digo que me arrepiento de no haber ido, porque no sería verdad. Ese día y a esa hora tenía algo muy importante.